Modelo Pedagógico Institucional
Un modelo pedagógico se entiende como un sistema formal que busca interrelacionar los parámetros pedagógicos, entendiéndolos como el trasfondo de explicaciones acerca de la concepción del ser humano, dando una idea clara de la sociedad en la que se encuentra.
Un modelo pedagógico debe responder a unas preguntas específicas:
¿Cuál es el ideal de persona que se pretende formar?
¿Con qué estrategias metodológicas?
¿Con qué contenidos o experiencias concretas
¿A qué ritmos o niveles debe llevarse el proceso formativo?
¿Quién dirige el proceso y en quién se centra?
Teniendo en cuenta la Filosofía y el contexto de la Institución Educativa Santa Teresa, la comunidad que la integra, opta por implementar dentro de su Proyecto Educativo Institucional el Modelo Desarrollista, atendiendo al pensamiento de Dewey y Piaget, sus máximos exponentes, quienes plantean la importancia de los conocimientos previos de los estudiantes, como punto de partida para que la escuela los transforme, mediante experiencias confrontadoras y prácticas contextualizadas. En este sentido el estudiante reorganiza, asimila e interioriza los conceptos a partir de la experiencia para construir su propio conocimiento.
En este modelo pedagógico Desarrollista, su eje fundamental es el aprendizaje, centrado en el estudiante como sujeto activo, en él se busca la formación integral de la persona desde todas sus dimensiones, parte del principio aprender haciendo. Se fundamenta desde la experiencia de los sujetos que intervienen en el proceso docente educativo para facilitarles progresar continuamente, desarrollarse, evolucionar secuencialmente en las estructuras cognitivas para acceder a conocimientos cada vez más elaborados. Su finalidad a nivel institucional es tener estudiantes ÉTICAMENTE formados, SOCIALMENTE adaptados y ECONÓMICAMENTE productivos.
Las principales características de este modelo pedagógico son:
Los procesos educativos, se dan a través de la exploración de la cultura como producto del desarrollo científico, hombres y mujeres inteligentes.
Los procesos instructivos, consisten en que los estudiantes, so sólo aprendan los contenidos de la lógica de las ciencias en tanto teorías, leyes y conceptos, sino el método con que estas ciencias se han construido.
Potenciar el pensamiento de los estudiantes en tanto evolucionan sus estructuras cognitivas para acceder al conocimientos cada vez más elaborados. Los estudiantes son personas que pueden descubrir el conocimiento y construir sus propios procesos de aprendizaje. El conocimiento se construye a través de las experiencias vividas y de la expresión de dichas experiencias.
La intervención pedagógica del maestro se caracteriza por incidir en la actividad mental y constructiva del estudiante, creando las condiciones favorables para que los esquemas del conocimiento se reconstruyan, y los conceptos o las representaciones de categorías no sólo sean identificadas, sino que se puedan generalizar, transferir e implementar para formular y resolver problemas; facilitando al estudiante el aprender a aprender, es decir, autorregular sus aprendizajes, acorde a sus diferencias cognitivas, sus estilos o hábitos de procesamiento de información, sus redes conceptuales, sus estrategias de aprendizaje, sus competencias y su inteligencia.
El maestro debe crear un ambiente estimulante de experiencias que faciliten en el estudiante su acceso al conocimiento, potenciando sus habilidades y destrezas.
El proceso de aprendizaje prima sobre el proceso de enseñanza, el estudiante es el centro del proceso y se formará en el aprender a pensar, mientras el docente será una guía que le facilite al estudiante el desarrollo de sus estructuras de pensamiento.
El estudiante aprende haciendo y es constructor de su propio conocimiento, es decir es un sujeto activo, por lo tanto se da un aprendizaje significativo.
En la Institución Educativa el proceso educativo gira alrededor del educando y su propósito es formar un hombre bajo la dimensión desarrolladora de sus capacidades individuales y colectivas, éste trae conocimientos previos y los nuevos conceptos establecen una relación con los que ya poseía y se esta forma se va modificando el conocimiento.
Se utilizan metodologías que traten de potencializar las habilidades del pensamiento. El estudiante es activo, pone a prueba la capacidad de resolver problemas de pensamiento crítico-reflexivo y creativo. La meta educativa es que cada estudiante acceda progresiva y secuencialmente a la etapa superior de desarrollo intelectual, de acuerdo con las necesidades y condiciones de cada uno.
Se utiliza la autoevaluación; los estudiantes son conscientes de su aprendizaje y se forman desde la responsabilidad de su proceso de formación. La adquisición de los conocimientos se logra a través de los sentidos, del contacto directo con los objetos, en situaciones reales, concretas, según las necesidades e intereses de los estudiantes.
El maestro es un orientador de sus estudiantes, movilizador de estructuras cognitivas y conocedor de los procesos cognitivos que llevan sus estudiantes. El maestro observa, analiza, constata, compara, determina, valora y presenta alternativas para el aprendizaje. La evaluación es heterogénea, permanente y valora tanto procesos como resultados.
Se articula en su proceso pedagógico, didáctico y metodológico con el Sistema Preventivo Salesiano (SPS).
Lo anterior significa para el maestro el respeto por los demás, la aceptación de sus ritmos y limitaciones, el reconocimiento de las diferencias, la tolerancia en crisis, la solidaridad permanente y la lealtad en el compromiso la base esencial en la puesta en marcha de una cultura escolar que favorezca la formación de la singularidad en contextos colectivos, potencializados como espacios democráticos, justos y libertarios.
El maestro desde la enseñanza recíproca, las interacciones sociales compartidas, la realimentación cotidiana, la interlocución con la aprendices, genera el andamiaje educativo cultural, los apoyos, las mediaciones, las herramientas, los signos, los mundos posibles del lenguaje, los intereses, las motivaciones, las curiosidades y la afectividad pertinente; para alcanzar los propósitos establecidos con relación al conocimiento, el cual se constituye en el escenario fundamental para crear nuevas situaciones, profundizar conceptos y transformar en correspondencia con la realidad.
El estudiante debe aprender a pensar y aprender haciendo. El estudiante debe estar preparado para buscar la información y una vez hallada, reconocerla, problematizarla, de construirla, reconstruirla, comprendiendo el qué quiere decir, para qué sirve, cómo aplicarla, qué relación tiene con lo que cada uno es como sujeto y como sociedad, cultura, historia; en proyectos pedagógicos que respondan a lo abierto, local, global, público, institucional, situacional, interdisciplinario, pluricultural, diverso, complejo, cívico y tecnológico.
La metodología está basada en pedagogías activas: el estudiante aprende haciendo, realizando actividades desde sus propios intereses, a través de experiencias directas con los objetos a conocer y situaciones concretas, debe tener la posibilidad de comprobar sus ideas por medio de sus aplicaciones, descubriendo por sí mismo su validez. La metodología a seguir es la hermenéutica, por involucrar entre otras, la dialéctica de la crítica, el análisis, la interpretación y la reiteración.
Priman los procesos de aprendizaje sobre los procesos de enseñanza. El estudiante es el centro del proceso docente-educativo.
Los medios son múltiples y variables, se utilizan son mapas mentales y mapas conceptuales, entre otros.
La institución educativa debe enfatizar en la autonomía como finalidad educativa: pensar por sí mismo con sentido crítico, ponerse en el lugar del otro, considerando sus puntos de vista y ser consecuente, alcanzar una triple autonomía intelectual, social y moral; posibilitando la responsabilidad personal, la toma de posición ética frente a los valores, los deberes y derechos universales, la participación democrática como ciudadano, la formación y potenciación de capacidades, destrezas y competencias.
La Evaluación se desarrolla por procesos: el maestro observa y analiza para comprobar, constatar, comparar, determinar, identificar, diferenciar, valorar, presentar alternativas y tomar decisiones.
El ambiente de aprendizaje en el aula debe fortalecer la construcción significativa del conocimiento desde los propósitos, contenidos, técnicas, métodos, tiempos, espacios a través de la experimentación, comprobación y la aplicación, por medio de la estética y lúdica, de los saberes; La formulación y resolución de problemas e hipótesis, comunicación dialógica, explicación oral y escrita argumentada, estudio sistemático, investigación.
Desde esta concepción teórica se busca la formación integral del ser humano en lo personal, lo profesional y lo social para cumplir con la misión de entregar a la sociedad Buenos Cristianos y Honestos Ciudadanos. Una persona con un proyecto de vida estructurado, capaz de liderar procesos de transformación de la realidad en armonía con su entorno, para mejorar la calidad de vida.